animado cartas para ti

viernes, 22 de agosto de 2014

Carta dedicada a Leonard

Escrita por virginia woolf
Querido: Siento con absoluta seguridad que voy a enloquecer de nuevo. Creo que no podemos pasar otra vez por una de esas épocas terribles. Yo sé que esta vez no podré recuperarme. Estoy comenzando a oír voces, y me es imposible concentrarme. Así que hago lo mejor que puedo hacer. Tú me has dado la máxima felicidad posible. Has sido en todos los sentidos todo lo que uno puede ser. No creo que haya habido dos personas más felices que nosotros, hasta que ha venido esta terrible enfermedad. No puedo luchar más. Sé que estoy arruinando tu vida, que sin mí tú podrás trabajar. Sé que lo harás, lo sé. Ya ves que no puedo ni siquiera escribir esto adecuadamente. No puedo leer. Lo que quiero decir es que te debo a ti toda la felicidad que he tenido en mi vida. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bueno. Quiero decirlo — todo el mundo lo sabe. Si alguien hubiera podido salvarme ese alguien hubieras sido tú. Ya no queda en mí nada que no sea la certidumbre de tu bondad. No puedo seguir arruinando tu vida durante más tiempo. No creo que dos personas puedan ser más felices de lo que lo hemos sido tú y yo. 

Lee la original en este lugar: http://hemerotecamundial.blogspot.com/2012/11/carta-dirigida-su-esposo-leonard-por.html

miércoles, 20 de agosto de 2014

Historia del Gran Violinista Paganini

Algunos decían que era un genio. Otros, que era sobrenatural. 
La realidad es que las notas mágicas que salían de su violín tenían un sonido diferente, por eso nadie quería perder la oportunidad de ver su espectáculo.
Una noche, el escenario de un auditorio estaba repleto de admiradores, preparados para recibirlo.

La orquesta entró y fue aplaudida. El director fue ovacionado.
Pero cuando la figura de Paganini surgió, triunfante, el público deliró. Paganini colocó su violín en el hombro y lo que sucedió a continuación es indescriptible.
Blancas y negras, fusas y semifusas, corcheas y semicorcheas parecían tener alas y volar con el toque de aquellos dedos maravillosos. 

De repente, un sonido extraño interrumpió el ensueño del público asistente.
Una de las cuerdas del violín de Paganini se había roto.

El director paró. La orquesta se detuvo. El público se quedo en silenció.
Pero Paganini continuó tocando.

Mirando su partitura como si nada hubiera ocurrido, él continuó extrayendo sonidos deliciosos de un violín con problemas.

El director y la orquesta, admirados, volvieron a tocar y el público se tranquilizó.
De repente, otro sonido perturbador atrajo la atención de los asistentes.
Otra cuerda del violín de Paganini se acababa de romper.

El director paró de nuevo y la orquesta se detuvo otra vez.
Pero Paganini siguió con el concierto.
Como si nada hubiera ocurrido, se olvidó de las dificultades y continuó arrancando sonidos imposibles de su violín de dos cuerdas.

El director y la orquesta, impresionados, volvieron a tocar.
Pero el público no podía imaginar lo que iba a ocurrir a continuación. Todas las personas, asombradas, gritaron cuando la tercera cuerda del violín de Paganini se rompió.
El director y la orquesta se detuvieron una vez más, como la respiración del público, que pensó que el concierto había llegado a su final. Pero Paganini siguió.
 
Como si fuera un contorsionista musical, arrancó todos los sonidos posibles de la única cuerda que quedaba en el violín. Ninguna nota fue olvidada.

El director, embelesado, se animó. La orquesta se motivó. El público pasó del silencio a la euforia, del pánico al delirio.
 
Paganini alcanzó la gloria. Su nombre perdura a través del tiempo. Porque el no es un violinista genial, es el símbolo del profesional que continúa adelante aunque todo el mundo diga que es imposible.

Cuando tus cuerdas se rompen, haz como Paganini, sigue adelante con Fe. Los sueños y el triunfo están delante de ti y si paras, nunca los alcanzarás.

“Victoria es el arte de continuar, cuando otros deciden parar”

Carta en el Día del Bombero



CARTA DE UN BOMBERO A SU HIJO 


Hoy tomas la decisión de vestir la misma cotona que llevo hace años, 
Nunca creí que llegaría este momento, yo sé del costo que tiene esta labor, 
Del esfuerzo que requiere y se los riesgos que se corren. 
No puedo negarte la posibilidad de vivir esta vida, 
De correr ante la necesidad de la gente, 
O pedirte que no te levantes a medianoche. 
Han sido muchas las veces que me oíste acudir al llamado de las sirenas, 
Y hoy, tú decides vestir la negra guerrera que llevo en el corazón. 
Solo le pido a Dios que te proteja cada vez que tengas que salir, 
Le pido a Dios que vuelvas de cada incendio que debas concurrir. 
Ahora sabrás lo que se siente tender la mano. 

Lo que llena el alma cumplir con esta tarea, 
Cuando proteges un hogar, cuando salvas una familia, cuando 
Los niños asombrados abren sus ojos a tu paso, 
Sabrás lo que siente el pecho cuando en marcha salen 
Sin premeditación aplausos de la gente que nos ve. 
Pero conocerás también la decepción de no poder socorrer, 
Sabrás, que no siempre podemos hacer todo lo que deseamos, 
Que si bien luchamos, a veces la garra de la muerte nos recuerda 
Que tan solo somos humanos, hombres que ante ella no podemos. 
Ahí brotarán tus lágrimas, será la primera vez que sientas la impotencia, 
Cuando a pesar de tu preparación, de tu velocidad y técnica 
El destino selle fríamente el andar de tu persona. 
Nunca pensé que llegaría este momento, en que te convirtieras en hombre 
En que siguieras los pasos que yo he pisado. 
Tendrás que llevar tus manos, tu pecho, tu mente clara. 
No podrás mirar a quien le haces el bien, 
Somos los llamados a servir a todo a quien nos necesite, 
No podrás llevar prejuicio sobre tu espalda. 
Quizás, llegue el momento en que coso a coso tengamos que luchar, 
El momento en que el fuego muestre sus dientes ante nuestros ojos, 
Si bien seremos uno más de la compañía, debo decirte que 
A pesar del negro de tu chaqueta, o lo similar de los cascos 
Siempre sabré reconocerte como mi hijo. 
Me enorgullece verte jurando ante esta nueva misión, 
Sabrás de penas y alegrías, sabrás de mi dolor y mi risa, 
Seremos cómplices ante el enjuiciamiento de los demás. 
Pero hoy te vistes con una nueva guerrera, y serás más que mi hijo 
Serás mi camarada.


Ve la original en: Extraido de www.bomberil.cl 

miércoles, 13 de agosto de 2014

Angelito de la guarda

Hola, ¿Cómo estás?... mi nombre no importa ahora, lo importante es lo que te tengo que decir: hace 5 minutos estuve conversando con un lindo angelito, hasta este momento me doy cuenta que no me dijo su nombre y se me paso por alto preguntárselo, estaba algo triste, no me gusto verlo así porque se nota que es muy travieso y juguetón, además es muy alegre, sin embargo cuando me dijo: “Hola”, no parecía estarlo, también estaba algo preocupado, es demasiado pequeño para andar preocupado, eso es cosa de mayores a mi parecer, me sorprendió bastante eso; me pidió un pequeño favor, le dije: “Por supuesto Mi Ángel, dime... qué puedo hacer por ti pequeño angelito travieso”; en ese momento sonrió de una forma que me invadió, durante ese instante parecía como que estuviese en el cielo mismo, luego me pidió que escribiera una pequeña carta y que la enviase a un ser muy preciado para él y al cual quiere mucho, y que es la misma persona por la que estaba preocupado, le dije que con mucho gusto la escribiría... me fue dictando mientras yo escribía cada palabrita que salía de su boca, me hablaba de manera muy clara, creo que tendría como 3 añitos, sólo al verlo supe que era un ser especial; esto fue lo que me dictó y me pidió que te enviase:

“Hola mi preciosa hermanita, ¡soy yo!... el pequeñín de la casa; sabes algo, te extraño y también a mami, lamento no poder escribirte personalmente, me estoy portando muy bien aquí, no estoy solo, hay un señor que siempre está conmigo, me dijo que se llama Jesús, él me llevo a conocer a su mamita, ella se llama María, es la persona que me está cuidando; a veces lloro porque quiero regresar a casa, y ella seca mis lágrimas con mucho amor y me prometió que algún día volvería a estar cerca de ustedes; mi amigo Jesús ha estado junto a ti y a la familia consolándolos, él también se pone muy triste y llora cuando ustedes lloran, a veces igualmente yo lloro; extraño no llegar hasta tu cama para despertarte en las mañanas, extraño no poder darle un besito a mami, extraño muchas cosas, y sé que a mí también me extrañan, los quiero muchísimo; estoy en un lugar muy bonito, cuando me voy de paseo puedo admirar las bellezas que existen aquí, Jesús me consiente mucho, y María es muy cariñosa; he estado muy preocupado por ti hermanita, hay un pensamiento que ronda por tu cabecita y que no es bueno porque te hace sufrir y me hace sufrir a mí también, te hace llorar y me hace llorar a mí también, y cuando yo estoy triste todos mis demás compañeritos se ponen tristes; recuerdas cuando íbamos en el auto, y cuando chocamos... lo único que puedo recordar es una cosa: de repente sentí como que mi mundo se detenía por un instante, luego apareció Jesús y se sonrió conmigo, me dijo que me había venido a buscar, le pregunte que si ustedes iban a venir conmigo y me respondió que no, que aún no, que todo en la tierra tiene su momento, y que todavía no había llegado el de ustedes; entonces le pregunte que por qué había llegado mi momento, y el sonriendo de nuevo me dijo: todos vienen a la tierra con una misión, o con una razón, cuando el Padre necesita que alguien lo acompañe, él los llama y dejan este mundo terrenal y van a un paraíso muy bello...

Hay algo que me pone muy pero muy triste, que tu digas que fue tu culpa, que si tal vez hubiésemos salido a la hora prevista, tal vez no hubiese pasado nada, pero no es cierto, por alguna razón debíamos salir a la hora en que salimos, todo lo que sucede es para bien, recuerda eso, tal vez si hubiésemos salido antes las cosas hubiesen sido peores aún; yo estoy muy contento aquí, sé que piensas que todo esto es injusto, que Dios me puso en sus caminos y luego sin avisar me arrebato de sus manos; llegue a ustedes como un niño sin casa, sin hogar, sin amor; ustedes me adoptaron y me llenaron de felicidad, tuve la mejor familia que jamás hubiese deseado, los últimos dos años fueron los mejores de mi existencia, marque sus vidas y ustedes marcaron la mía, sé que ahora hay un profundo hoyo en sus corazones, y sé que no olvidaran cada momento que pasamos juntos, también sé que la tristeza es muy grande, pero el tiempo les dará resignación. Los quiero muchísimo, y recuerden, esto es sólo un hasta luego. Siempre estarán dentro de mi corazón, y yo seguiré en el de ustedes por siempre...”. 


Cuando termine de escribir, mi corazón estaba muy chiquitito, tenía unas inmensas ganas de llorar, inclusive varias lágrimas se derramaron por mis mejillas, él muy tiernamente la seco con su manita, y me dijo: “No llores”, se sonrió conmigo y me agradeció haberlo ayudado... luego se volteo, dio dos pasos y me dijo: “Recuerda colocar al final de la carta que yo siempre estaré a su lado, y la cuidaré como hubiese hecho en vida”, luego se volteo de nuevo, le dije: “¿Te puedo ayudar en algo más?”, y me respondió: “ya has hecho mucho por mí y por mi familia, gracias a ti pude volver a estar en contacto con ellos, Gracias...”.

Luego de eso no volví a verlo, pero sé que cumplirá su promesa de estar junto a ti, y protegerte como tu Angelito de la Guarda.


Original en: http://www.darkisx.com/search/label/Colecci%C3%B3n%20Cartas

martes, 12 de agosto de 2014

Bajo la lluvia...

Te echaré de menos todos los días de mi vida, por aquel instante en que bailamos bajo la lluvia. En ese momento supe que me estaba enamorando de ti.

¿Sabes? Hay una ley universal en la mecánica de fluidos que dice que dos gotas de lluvia al azar al encontrarse sobre una superficie que ofrece poca resistencia al roce, como el cristal de esta ventana, pueden unirse para formar una gota mayor. Pero el mismo peso de las gotas unidas, cuando se supera la tensión superficial del fluido, acaba separando de nuevo a las gotas que toman entonces direcciones opuestas, pudiendo ser posible que no vuelvan nunca más a encontrarse en su trayectoria por el cristal. En cualquier caso, las gotas finales nunca son idénticas a las iniciales, porque cuando se separan cada una de ellas se lleva algo de la otra...

Ahora que somos esas dos gotas que se separan, porque no han podido resistir la tensión superficial, quiero que sepas que algo de ti siempre vivirá dentro de mí, como sé que algo mío se va hoy contigo y que ahí quedará para siempre. 

Te quiero.
 
Laia.

PD: Me encantó bailar contigo bajo la lluvia.