animado cartas para ti

jueves, 31 de julio de 2014

Querida Mamá Que Trabaja:

Sé que muchas veces eres juzgada por otros por dejar a tus hijos al cuidado de otros para poder ir a trabajar. Mucha gente insinúa que no amas a tus hijos tanto como una mamá que se queda en casa y que lo mejor es que las mamás se queden en casa con sus hijos.

¿Cómo pueden decir esto de ti? Sé que amas a tus hijos tanto como cualquier otra mamá. Sé que regresar a trabajar no fue una decisión fácil. Tuviste que medir los pros y los contras desde mucho antes de que naciera tu bebé. Siempre va a ser una de las decisiones más importantes de tu vida. Pensaste esto aún desde que estabas en la preparatoria y estabas escogiendo tus materias.

Te veo en todas partes. Tú eres la doctora con quien llevo a mis hijos cuando están enfermos. Eres la alergóloga de mi hija, la que le diagnosticó alergia a los cacahuates. Tú eres la terapeuta que está tratando el dolor de espalda de mi esposo. Eres la contadora que nos ayuda con los impuestos. La maestra de primaria de mi hijo. La directora de la guardería. La maestra de gimnasia de mi hija. La agente de bienes raíces que nos ayudó a vender la casa.  ¿Qué clase de mundo sería este si tu no estuvieras ahí para nosotros? ¿Si hubiera sucumbido a las presiones de los que insistían que el lugar de una mamá es en casa con sus hijos?

Yo sé que mides cada trabajo para ver si queda bien con tu familia. Sé que te despiertas una hora antes que todos los demás solo para poder hacer algo de ejercicio o tener un tiempo para ti. Sé que llegas a juntas importantes después de haber estado despierta toda la noche con tu pequeño. Sé que cuando llegas a casa en las tardes, tu “segundo trabajo” empieza. La gente no entiende que estas a cargo de tu casa y además tienes un trabajo. Regresas y casa y haces de cenar, bañas a tus hijos, les lees un libro, los acuestas, y les das beso de buenas noches. Tú pagas las cuentas, haces mercado, lavas la ropa, los trastes y todas esas cosas como todas las mamás.

Sé que muy seguido te sientes culpable por tener más tiempo separada de tus hijos y siempre sacrificas tus tiempos de descanso. Sé que no puedes tener un “día libre” cuando tus hijos están en la guardería. Yo sé que aceptas el hecho de que tu trabajos s tu tiempo libre por ahora. Sé que cuando estas en el trabajo no desperdicias ni un minuto. Sé que te comes tu pancito en tu escritorio, no sales por café y que muestras absoluta dedicación y concentración en tu trabajo. Después de todo tu escogiste estar ahí, tú quieres estar ahí.


Sé lo buena que eres para discernir a aquellos que están cuidando a tus hijos y que muchas guarderías ofrecen un excelente cuidado para los niños. Yo sé que solo dejas a tus hijos en un lugar donde estas segura que van a ser bien cuidados y queridos. Sé que pasas muchos días en casa cuidando a tus hijos cuando están enfermos y sacrificas tu paga por eso. Y además sé que en secreto disfrutas mucho estos días y te revelas para poder estar con ellos.

Sé que muchas veces te sientes culpable por no poder estar ahí todo el tiempo. Pero, mamá que trabaja, tengo la certeza de que estas poniendo un excelente ejemplo para tus hijos. Les estas enseñando que una mujer puede tener una carrera y contribuir de alguna manera al mundo fuera de casa y a la vez ser una increíble y amorosa mamá. Le estas enseñando a tus hijas que ellas puedan hacer lo que ellas quieren hacer con sus vidas. Les estas mostrando fuerza, dedicación, tenacidad, durabilidad y además  lo estás haciendo con mucha alegría y amor.

Solo quería que supieras que entiendo. Porque las dos somos mamás.
Con mucho amor y admiración,

Mamá Que No Trabaja



Chequea la original en: http://elatinos.com/2014/02/13871-carta-de-una-mama-que-trabaja-una-mama-que-trabaja-2/

miércoles, 30 de julio de 2014

Carta De Un Caminante

Hola...
No sé a qué manos llegará ésta carta, pero me gustaría que alguien la lea.
Desde hace muchos años, casi veinte, voy andando caminos sin rumbo cierto
Desde aquél día, en que un accidente truncó mi existencia apartándome de mi familia, decidí andar. Pensé que la muerte me encontraría dormitando a orillas de algún río. De más está decir que era lo que más ansiaba.
Pero la vida me enseñó, que es Dios el que dispone el momento.


Mi rostro, las manos, todo mi cuerpo, ha sido curtido por los diferentes climas que me tocó soportar.
Cada amanecer debía esforzarme por abrir los ojos, caminaba un poco, sacaba restos de comida de las bolsas, y caía rendido sin atinar a nada.


No sé cuánto tiempo pasé en esas condiciones.


Una mañana, se acercó a mí una anciana ofreciéndome un pan y una caricia, entonces miré su blanca cabeza y por vez primera sentí que un ángel me protegía, fue como si un ser extraño se apoderaba de mi alma.
Desde entonces, comencé a ver el cielo imponente, observé los árboles del camino, las primeras estrellas del anochecer, y decidí seguir caminando, sin metas, pero admirando lo que encontraba a mi paso.


Así llegué a un humilde pueblo, dónde gente generosa me brindó un plato de comida, un lugar para dormir, y también libros.


Me apodaron *El caminante*...


Disfruté de la lluvia y el frío, calmaba mi calor en el arroyo más cercano, y leí, leí mucho, cualquier libro o papel que llegaba a mis manos.


Fueron pasando los años, y en mí se reflejaba una gran ternura, que hacía que los niños se me acercaran. Yo les contaba cuentos con la intención de dejarles alguna enseñanza, ellos no me temían, lo cual me regocijaba.
Ayudé a los albañiles, cuidé de algún perro, limpié un jardín, pero jamás quise afincarme en un lugar definitivo.
Lo que más me hacía gozar de momentos de felicidad, era el contacto con la naturaleza, y la cercanía de Dios.
Así llegué hasta hoy, cuándo los dolores se apoderaron de mí, me cuesta respirar, y a veces pensar.
En éste momento, sentado a la luz de un farol de la plaza, percibo que pronto emprenderé mi última caminata, por eso, ésta carta.


No quiero que me tengan lástima, les digo que éste caminante no pasó su vida en vano, a pesar de las tragedias y soledades, pudo abrir la puerta de su espíritu, y comprobar que no estaba solo.
Agradezco a tanta gente solidaria que se apiadó de mí, y jamás impidieron que siguiera el estilo de vida que había elegido.


Hoy, en mi vejez, anida en mi corazón un cúmulo de amor, y el deseo profundo de estar por fin, con los que me esperan en la inmensidad de la eternidad.


Me tiembla la mano....se me escapa el papel....veo una luz radiante que se acerca, parece un cometa...allá voy....


:

sábado, 26 de julio de 2014

Mi Carta Más Especial

"Buenos días Ciara.
Una vez más amanece, empiezan a colarse los primeros rayos del sol en este frío cuarto de hospital, un día más para continuar con la lucha, o debo decir, nuestra lucha como tantas veces lo has mencionado, hoy me siento nuevamente frente al ordenador testigo silencioso de nuestros encuentros pero no para esperar ansiosa la hora de mi terapia contigo sino para simplemente dirigirme a ti, mi psicóloga, mi amiga, mi hermana, porque después de tantas horas de lucha constante por mantenerme a flote en esta terrible lucha contra el cáncer no puedo más que agradecerte por seguir al pié del cañón conmigo, no sé si te has dado cuenta, quedamos solo tú y yo, en un principio los amigos estaban todos al pendiente eran llamadas diarias para conocer los avances, los nuevos tratamientos y saber del estado de ánimo que poco a poco se había ido deteriorando, hoy a un año del inicio de esta pesadilla son contados los mails, sí, mails que me llegan para saber en tres palabras cómo me encuentro.

Creo que del inicio de la enfermedad a este momento las sensaciones son las mismas, un sube y baja de emociones que van del miedo, al desánimo, de la desesperación y el pánico, a las ganas de salir adelante y tener la esperanza de ganarle la batalla al cáncer.

Mi cáncer fue originado a raíz de un episodio muy traumático, que se quedó ahogado dentro de mi alma, por no hablarlo a tiempo, no sacar de adentro eso que me angustiaba y me hacía sentir día a día un pánico que se convirtió en lo que ahora es mi enfermedad. El cuerpo me pasó factura, me reclamó el dejarle acumular tantas cosas, que a la larga, por aparentar estar bien delante de mi familia, me hizo olvidarme de mí y de cada una de mis células, las cuales en este momento lo único que me piden es que me reconcilie con ellas.

No ha sido fácil llegar a esta conclusión, han sido horas de terapia contigo, terapia que me ha ayudado a comprender que no deben verme como a una víctima, ni sentirme una víctima, sino de tener el suficiente coraje de enfrentarme al cáncer y verlo como a un reto al cual podemos vencer.

Las emociones juegan un papel muy importante en el proceso de sanación como bien me has enseñado, el cambiar la mentalidad derrotista por una mentalidad en la cual el espíritu de lucha y el amor tienen un papel fundamental, ha sido la clave para que yo siga con vida hasta estos momentos, son ya 4 meses de terapia, una terapia que si no hubiera tenido la oportunidad de realizar, muy probablemente ahorita ya no estuviera aquí.

Me has enseñado a voltear a ver mi interior no con miedo, sino con confianza y fe de que todo va a estar bien, me has transmitido una fuerza para sobrellevar unas terapias contra el cáncer que como muchas veces te he mencionado son un calvario para mí, pero tu Ciara no me has soltado de la mano como me lo prometiste desde el primer momento en que te conocí y eso te lo voy a agradecer mientras viva, y si un día Dios decide llevarme a su lado te seguiré agradeciendo y llenando de bendiciones desde donde me encuentre, porque siempre estuviste ahí para darme palabras de aliento y dejarme saber que no me encontraba sola y que siempre podría contar contigo.

Gracias por hacerme sentir siempre esa empatía, y compartir mi dolor. Gracias por tener la entereza de comprenderme y transmitirme esa tranquilidad aun sabiendo que me quedaba poco.

Gracias a ti y a tu apoyo dejé de encerrarme en mí misma y aceptar mi destino como una derrota, aun diciéndome los médicos que me quedaba quizás un mes de vida y que el cáncer había llegado a un estado terminal, no dejaste que me hundiera en la desesperación y trabajaste hasta lograr que abandonara el estado de pánico en el que me encontraba, y darme el ánimo necesario para seguir adelante y vivir cada día al máximo.

Me hace sentir tan bien cuando después de pasar algún proceso traumático dentro de las terapias me dices que soy una campeona, así como también cuando me dices que me darás para el pelo cuando mi ánimo decae, todas tus palabras siempre llenas de positivismo y de cariño son las que me dan la fuerza necesaria para nunca defraudarte y hacerte sentir que todos tus esfuerzos por ayudarme no han sido en vano.

Nunca me dejaré vencer, ahora he aprendido que los pensamientos negativos solo atraerán lo negativo y que tú tienes toda la razón al decirme que mientas mis pensamientos sean de quererme sanar y salir adelante, ese mensaje recibirán mis células para que yo me cure.

Sé que hay tantas personas como yo en este momento, me gustaría que mi testimonio de lucha por la vida llegara aunque fuera a uno solo y lo ayudara a salir adelante, le diría que mientras tenga en la mente pensamientos positivos a pesar de la adversidad, llenarán de fe su corazón. Mientras haya vida hay esperanza. Lo importante es no dejar de luchar hasta el último suspiro.

Ciara sé que hemos llegado las dos a estar al límite, y sabemos lo difícil que es, pero siempre has estado aquí cuando mi confianza disminuye y me has hecho tener la fortaleza para no dejar de tener esperanza.

Cuando te conocí estaba resignada, ya me veía 3 metros bajo tierra y hacía bromas macabras como tú las llamas al respecto.

Sentía como el cáncer avanzaba sin piedad en mi cuerpo y me estaba dejando morir.

Hoy a tu lado llorando, gritando desesperada y a veces pidiéndole a Dios que me lleve con él, estás conmigo, al otro lado del ordenador dejándome saber que has sido mi tablita de salvación estos 4 meses. Tu paciencia y tu presencia conmigo, han sido los más grandes regalos que Dios me ha dado.

Superar el cáncer es un proceso lento y largo, sé que puede tardar años, pero al estar a tu lado ayudándome a soportar lo insoportable, he vuelto incluso a hacer planes para mi futuro.
A decir verdad he avanzado mucho a tu lado mi querida Ciara.

Hoy a las puertas de un trasplante de médula, después de pensar tantas veces que me moría y que a pesar de todo nunca te quebraste y me impulsaste cada vez con más fuerza a seguir adelante, espero muy pronto estar sana y pararme frente a ti para fundirnos en un abrazo.

Gracias por permanecer a mi lado en esta lucha.

Con todo mi cariño y agradecimiento.
Marita."

Siempre has sido una luchadora y eso te hace especial. Tal y como me pediste, hace tan sólo unos días, publico tu carta como ejemplo de que lo que importa no es vivir o morir, lo que importa es disfrutarlo hasta el último momento.

Te quiero.


Original en:  https://www.facebook.com/Ednaelizagutierrez/posts/530247217004983

Carta a un amigo

Amigo:
Primeramente, quiero darte las gracias por todo lo que me has dado; por tu compañía, tu apoyo, tu comprensión y presencia. Por brindarme la oportunidad de tener a mi lado a alguien como tú, en quien confiar, con quien divertirme, con quién soñar...

Te pido perdón por todo lo que yo haya podido hacerte, por no ser tan buen amigo como tú; por haber faltado alguna vez en lealtad, ayuda, comprensión o apoyo. En verdad me arrepiento de todos los errores que hayan mermado mucho o poco nuestra amistad, y ten por seguro que fueron inconscientes...

Tú fuiste siempre algo importante y especial para mí y lo sigues siendo. Formas parte de mi vida; de mis pensamientos, sentimientos, decisiones y emociones... No podría quedarte alguna duda de lo que significas para mí ni de tu lugar en mí ser...

Mi cariño por ti es muy grande, y además has sabido ganártelo a pulso con tu especial forma de ser y de entregar tu amistad. Por eso, no a cualquiera le hago llamar "mi amigo" o lo quiero como tal y sé que de alguna manera tú tampoco lo haces...

Tal vez algunas veces ocultes tus sentimientos, por temor al rechazo o a no ser correspondido o escuchado. Sin embargo, sé que conmigo al igual que con todos los demás eres sincero y con las mejores intenciones de no lastimar a nadie...

Hemos pasado por tantas cosas juntas, buenas y malas, que ya nos conocemos perfectamente. Por eso nuestra amistad crece y se hace más fuerte día con día al igual que nuestra unión...¡¡Cuánta alegría me da que así sea!!

Espero que si cambias, sea con plena convicción y siempre para tu bien, aunque sabes que tienes al menos mi aceptación y apoyo... no te dejes vencer por los sufrimientos, quienes también te harán cambiar y de ti dependerá hacia donde te lleva ese cambio...

Te quiero y quiero que seas muy feliz porque lo mereces, si deseas que comparta no solo esa felicidad contigo, sino todos los instantes de tu vida; aquí estoy y aquí estaré siempre. Tú lo sabes...

No me despido, pues aquí estaré siempre; contigo...

Sinceramente: Tú amiga.

¿EXISTE EL AMIGO PERFECTO?

Sólo nuestro corazón lo sabe...

martes, 22 de julio de 2014

Carta de un taxista

Enviado por leapHell el 12 Mayo 2007 - 6:59am
Es tan hermoso correr por esta autopista
llevar a alguien por algún lado
y verte parada allí todo el día
con tu falda lenta.
 
Como de vez en cuando nos damos nuestros arrebatos de una hora en algún lado
como en ese hotel viejo, o ver el atardecer utilizando tus muslos de almohada en algún parque descampado
es tan vergonzoso a veces aceptar que te amo, cuando alguien me fastidia. Y me dan ganas de gritar y golpear al hombre que se te acerca. Y la luz roja del semáforo me obliga a imaginarte desnuda nuevamente, siendo cómplice de lo que haces
para luego, cuando supuestamente voy a fiarme de tus servicios, después de salir de restauran
no poder decirte nada. Y en la cama, al verte simplemente callar.
Como ese día que parecías avergonzada de tus dientes separados. Yo tampoco pude decirte algo para que tu vergüenza no crezca. Luego tratar de entender que lo que siento no es amor sino verte como una diversión, como cuando ese día te vi con el top roto y ensangrentado y me desespere pero no te dije nada. Y como una vez paso: cuando te conocí. Un hombre regordete tomo el taxi y cuando te vi subir no dejaba de verte por el retrovisor. Ese día sentí que te conocía desde toda la vida. Por eso es que te espere salir, rechazando pasajeros y sabes bien como está la situación del país.
Como una vez que intentaste sorprenderme con ese tu mal inglés, yo reía a carcajadas y tú callabas avergonzada. Pero te veías linda con esos tus ojos condenados a verse tristes. Con ese día con tu olor a género que tratabas de borrarlo, te veías linda…
Como cuando te veo celosa sin sentido, insultándome y mordiéndome los labios o cuando una bofetada me hace entender que no tienes pretensiones.
Pero es hermoso, verte siempre con tu falda lenta, que me veas y sonrías, que te parezca guapo. Tal vez será por eso que te amo.

La Última Carta De Un Camionero


El cerro Steamboat tiene fama de asesino entre los camioneros que transportan cargas por la autopista de Alaska, por eso lo tratan con respeto, sobre todo en el invierno, cuando el camino se curva y serpentea por la montaña, y al costado de la ruta congelada caen a plomo empinados barrancos. Allí se han perdido incontables camiones con sus chóferes, es probable que muchos más sigan sus huellas. En un viaje por la autopista, me encontré con la Real Policía Montada de Canadá y varias unidades de salvataje, que remolcaban los restos de un camión desde el fondo de un profundo barranco. Después de estacionar mi equipo, me acerqué al grupo de camioneros que observaban en silencio los despojos del accidente. Uno de los policías montados se acercó a nosotros para decirnos, en voz baja: Lo siento. El conductor estaba muerto cuando lo encontramos. Debe haber caído por la cuesta hace dos días, cuando hubo una gran tormenta. No había muchas huellas. De pura casualidad detectamos el reflejo del sol en un fragmento de cromo. Meneando la cabeza, revisó el bolsillo de su chaqueta. Tomen esto, creo que deberían leerlo. Supongo que vivió un par de horas antes de que el frío acabara con él. Nunca había visto lágrimas en los ojos de un policía, siempre pensé que, habiendo presenciado tanta muerte y desesperación, estaban inmunizados. Pero aquél se secó las lágrimas al entregarme la carta. Al leerla me eché a llorar. Cada uno de los camioneros leyó también en silencio aquellas palabras antes de volver lentamente a su vehículo. Esa carta me quedó grabada en la memoria a tal punto que, pasados los años, sigue tan vívida como si aún la tuviera en mis manos. Quiero compartirla contigo y tu familia: Diciembre de 1974 Amor mío: esta es una de las cartas que ningún hombre quisiera escribir, pero tengo suerte de tener algo de tiempo para expresar lo que tantas veces he olvidado decir. Te quiero, corazón. Solías decir, en broma, que yo amaba más al camión que a ti, porque pasaba más tiempo con él. Amo este pedazo de hierro, sí, se ha portado bien conmigo. Me acompañó en momentos y en lugares difíciles. Siempre podía contar con él para los viajes largos y era veloz en las rutas. Nunca me abandonó. Pero ¿sabes una cosa? A ti te amo por las mismas razones. También me acompañaste en los tiempos y en los lugares difíciles. ¿Te acuerdas de mi primer camión, ese viejo cascajo que nos arruinaba, pero con el que siempre ganaba lo suficiente para parar la olla? Tú saliste a trabajar, para que pudiéramos pagar el alquiler y las cuentas. Cada centavo que yo ganaba se lo llevaba ese camión, tu sueldo cubría la comida y el techo. Yo me quejaba del camión, en cambio no recuerdo que tú lo hayas hecho alguna vez, cuando volvías cansada del trabajo y yo te pedía dinero para volver al camino. Si te quejaste, no te escuché. Estaba demasiado sumido en mis problemas para pensar en los tuyos. Ahora pienso en todas las cosas a las que renunciaste por mí. La ropa, las vacaciones, las fiestas, las amigas. Nunca te quejaste. Y yo, por algún motivo, nunca te di gracias por ser como eres. Cuando tomaba café con los muchachos hablaba de mi camión, del equipo, de las cuotas. Me olvidé de que eras mi socia, aun cuando no estuvieras a mi lado en la cabina. Fue gracias a tu sacrificio y tu decisión, no solo por los míos, que finalmente llegó el camión nuevo. Yo estallaba de orgullo por ese camión. También estaba orgulloso de ti, pero nunca te lo dije. Daba por sentado que lo sabías, pero si te hubiera dedicado tanto tiempo como a lustrar los cromados tal vez te lo habría dicho. En todos esos años de gastar el pavimento, siempre supe que me acompañabas con tus oraciones. Pero esta vez no alcanzaron. Estoy herido y es grave. He recorrido mi último kilómetro. Por eso quiero decir las cosas que debieron decirse muchas veces. Las que quedaron olvidadas porque estaba muy ocupado con el camión y el trabajo. Pienso en los aniversarios y cumpleaños sin mi presencia. En los actos escolares a los que fuiste sola, porque yo estaba en la ruta. Pienso en las noches que pasaste sola, preguntándote dónde estaría yo, cómo irían las cosas... Pienso en todas las veces en que se me ocurrió llamarte, sólo para decirte hola, y luego no lo hice. Pienso en la tranquilidad de saber que me esperabas en casa, con los chicos. Y tantas cenas familiares en las que debiste justificar mi ausencia: que estaba ocupado cambiando el aceite, buscando repuestos o durmiendo para salir temprano al día siguiente. Siempre había algún motivo, pero ahora, no sé por qué, ya no me parecen tan importantes. Cuando nos casamos no sabías cambiar una lamparita. En un par de años eras capaz de reparar la caldera en medio de una ventisca, si yo estaba en la otra punta del país esperando una carga. Por ayudarme llegaste a ser buena en mecánica. Me llenaste de orgullo el día que trepaste a la cabina y diste marcha atrás sobre los rosales. También me sentía orgulloso cuando, al detenerme frente a casa, te encontraba dormida en el coche, esperándome. Ya fueran las dos de la mañana o las dos de la tarde, siempre te acicalabas como una estrella de cine para recibirme. Eres hermosa ¿sabes? Creo que llevo mucho tiempo sin decírtelo, pero es cierto. En mi vida he cometido mucho errores, pero si alguna vez tomé una buena decisión, fue pedirte que te casaras conmigo. Nunca pudiste entender qué me mantenía montado a ese camión. Yo tampoco lo sabía, pero era mi manera de ganarme la vida y tú lo apoyabas. En las buenas y en las malas, siempre estabas allí. Te amo querida, y amo a los chicos. Me duele el cuerpo, pero más me duele el corazón. Cuando termine este viaje no estarás allí. Por primera vez desde que estamos juntos me encuentro solo y asustado. Te necesito mucho, pero sé que ya es tarde. Es curioso, pero ahora sólo tengo este camión. Este maldito camión que gobernó nuestra vida por tanto tiempo. Este montón de hierros retorcidos en el que pasé tantos años. Pero él no puede retribuirme el cariño. Sólo tú puedes hacerlo. Estás a miles de kilómetros de aquí, pero te siento conmigo. Veo tu cara, siento tu amor. Y tengo miedo de hacer solo el tramo final. Diles a los chicos que los quiero mucho. No dejes que los muchachos se ganen la vida al volante de un camión. Creo que eso es todo, corazón. ! Cómo te quiero, Dios mío! Cuídate mucho y recuerda siempre que te amé como a nada en la vida. Sólo que me olvidé de decírtelo.

Te amo Bill. Rud Kendall
Carta original en: http://clubaccionpositiva.bligoo.com/content/view/781365/LA-ULTIMA-CARTA-DE-UN-CAMIONERO.html#.U85mP-N5Ne9

lunes, 21 de julio de 2014

No siempre el silencio es olvido

Mi amor, lamento mucho estos negros días:

Siempre es aquel deseo inerte en mí el de escribirte una nueva carta o verso en el menor tiempo posible, pero el silencio que causa el no hacerlo durante prolongados días afecta mucho a nuestros estados de ánimo, ¿cierto? Discúlpame este silencio sin justificantes, pero mi amor se mantiene firme entre tanto frío aparente que simboliza una falsa soledad o un falso olvido.

Mi amor se mantiene melancólico, prudente y silencioso en un rincón cálido, esperando abrigarte en esos momentos que te sientas solo. Confía mi amor, que todo irá bien, sólo necesitamos paciencia mientras seguimos por ahora encerrados en una rutina que amenaza ahogarnos y no dejarnos comunicar nunca.

Los días nos consumen, los días son mucho más largos y se nota la ausencia...pero yo sigo aquí como siempre, creyendo en este amor que un día nos prometimos. Las cosas no siempre salen como se quiere, yo quisiera que todos los días leyeras algo mío, pero en el ir y venir por estas redes no siempre logro escribirte. Ahora que tengo la oportunidad de decirte cuánta falta me hacen tus palabras, tus besos, y tus caricias que me traen un fresco aroma de primavera, es cuando de nuevo despliego mi corazón en un pergamino para escribirte de la manera más sublime posible; eso me hace muy bien, pues en cada respiro te siento muy cerca, es como que tú traes todo el oxígeno que necesito.

Y es que te amo tanto, que cada vez que te nombro sale agua de mis ojos... son lágrimas, pero no de tristeza. Es un inmenso amor que tengo guardado y que quiere salir de su encierro. Hoy la noche está muy bonita y me he sentado en mi rincón para escribirte, a ver con qué líneas puedo sorprenderte, quizás con mis letras de amor, de esas muy cursis, de esas que son de telenovelas, pero es así como te quiero, es así como te extraño, en cada noche que no estás junto a mí, yo así te amo.

Ya me acostumbré a escribirte estas cartas que llegan a ti cargado de amor y de esperanzas. Quisiera que las leas, que sepas que aunque aparentemente me sientes alejada de ti, estoy muy cerca amor mío. Cuando sientas esa soledad piensa que estas redes que te llevan mi amor no siempre están despiertas, muchas veces éstas se duermen y no puedo enviarte nada. Cuando sientas eso piensa que no soy yo, que son cosas externas que no me dejan llegar a ti, porque yo te amo más que a nada en este mundo, que nada puede cambiar mis sentimientos, que tú te mereces todo esto y mucho más. Por ahora mi amor sólo puedo dejarte esto: mi sencillo pero inmenso amor, mis ilusiones de un mañana mejor y mi inquieto deseo de que llegue el día que estemos juntos confirmando este bello sentimiento que ha sido un verdadero regalo del cielo.

Hasta pronto mi amor. Que la mañana que se asoma en tus ojos te recuerde que hay alguien en el horizonte siempre piensa en ti, hasta que ambos nos tengamos como compañeros eternos al final de este negro tiempo.

Siempre tuya, siempre mío, siempre nuestro este amor... 
Desde mi rincón para ti, 
Tu amor.

original en: http://www.shoshan.cl/cartas/carta_503.html 



Soy tu Cachorro: carta de tu nuevo cachorro para ti

Hola soy tu nuevo cachorro y te amaré hasta el fin del mundo,
Quiero que conozcas algo sobre mí. Soy un cachorro, esto significa que mi inteligencia y mi  capacidad de aprender es semejante a la de un niño de 8 meses.

Soy un cachorro, mastico todo lo que encuentro a mi paso, así es como conozco y exploro el mundo. Incluso los bebés humanos ponen cosas en su boca, debes enseñarme qué cosas puedo morder y qué cosas no.

Soy un cachorro, no puedo retener  la orina en mi vejiga más de 1 ó 2 horas. No puedo sentir que voy a defecar hasta que ya prácticamente lo estoy haciendo. No puedo ladrar o vocalizar para avisarte que tengo una necesidad y no podré  tener control de mi vejiga y mi intestino hasta que tenga entre 6 y 9 meses de edad. No me castigues si me dejas más de 2 horas y orino, es tu culpa. Como tu cachorro necesito recordarte que defeco después de comer, dormir,  jugar y beber;  y lo haré de cada 2 o 3 horas.

Si quieres que duerma toda la noche no me des agua después de las 9 pm, un cómodo corral o casa me ayudaran más fácilmente a adaptarme y evitaran que te enojes conmigo. Soy un cachorro así que van a suceder accidentes por lo que te pido paciencia.

Soy un cachorro, me encanta jugar.  Voy a correr alrededor y perseguir monstruos imaginarios y acecharé tus pies y te atacaré jugando. También lo haré con juguetes, otros perros y niños, es sólo un juego, es lo que me gusta, no te enojes conmigo o esperes que esté tranquilo o sedado todo el día.

Si mi nivel de energía es muy grande para ti, tal vez deberías considerar adquirir un perro adulto de un refugio o grupo de rescate. Mis juegos son benéficos, usa tu sabiduría para guiarme a juguetes adecuados, aprender a regresar la pelota y juguetes diseñados para morder. Si te muerdo fuerte házmelo saber en lenguaje de perros, grita fuerte, yo te entenderé y controlaré mi mordida. Si me pongo muy rudo simplemente ignórame por unos momentos o colócame en mi corral con un juguete para morder.

Soy un cachorro, probablemente tu no le gritarías, golpearías, aventarías o patearías a un bebe humano así que por favor no lo hagas conmigo.  Soy delicado y también muy impresionable, si me tratas mal creceré con timidez y miedo. En vez de eso guíame con coraje y sabiduría, por ejemplo si estoy masticando algo que no debería, grítame “No” y dame un juguete que pueda morder.

Soy un cachorro y lo que más quiero en el mundo es quererte, estar contigo y complacerte. Por favor toma tiempo para entender como aprendo. Tú y yo somos lo mismo, ambos sentimos dolor, hambre, sed, malestar, miedo pero también somos diferentes y debemos trabajar juntos para comprender nuestro lenguaje, señales corporales, objetivos y necesidades. Algún día voy a ser un perro adulto y espero lograr que estés muy orgulloso de mí y me ames tanto como yo a ti.

Con amor: Tu Cachorro

Disponible en: http://www.serviciomedicoveterinariointegral.com/index.php/clinica-veterinaria/10-template-features/44-querido-amigo-del-perro

jueves, 17 de julio de 2014

Carta a un desaparecido mexicano, carta a mi hermano.

2 añotes sin ti brother. ¿Qué hay de nuevo? ¿Novedades? No muchas. La gente sigue caminando sin rumbo, la mayoría no se preocupa por los desaparecidos, la gente está distanciada una de otra, el gobierno metió miedo y desconfianza, las fiestas siguen, la vida sigue.
¿La casa? ¿Qué te puedo decir? ¿Supiste que mi papá mejoró de su enfermedad? Sigue cocinando los camarones que tanto te gustan, el pescado que te enseñó le sigue quedando delicioso. Tiene sesiones con el psiquiatra porque siente que mucha de la culpa es de él por no haber estado ese día.
Mis abuelos siguen distanciados, de hecho mi abuelo volvió a cambiar de casa. Mi abuelita sigue metida en la religión, sigue con su librito de oraciones, ¿te acuerdas?
Sigue rezando con toda su fuerza, lo que cambió es que ahora lo hace con tu foto al lado, de hecho se puede decir que tu foto ya es parte de ese librito.
Y pues mi Mamá… mi mamá cambió completamente. De hecho no creo que la reconozcas, parece como si un velo le cubriera la cara, se le nota la tristeza a la distancia. Es una guerrera incansable. Si supieras a cuantos Alcaldes, delegados, agentes del MP, soldados, marinos, Subdelegados, Jefes de antisecuestros y Ministeriales les ha gritado en su cara, si supieras hasta dónde ha llegado buscándote, si conocieras a Indira, Chuy, Cordelia, Martín, Marcela, Diana, Óscar… amigos de lucha incansable, amigos que a pesar de no conocerte se desvelan, viajan, acompañan, ayudan a que regreses con bien. Si supieras el amor que mi madre les tiene…
!Ojalá y estuvieras aquí uei! Hay momentos en que te necesito, en los que lloro solo, en los que quisiera que no hubieras abierto la boca cuando dijiste “! Déjenlo, yo soy el mayor!”, momentos en los cuales quisiera agarrarte a golpes por haberme dejado, momentos en los que voy a nuestra casa y siento como cuando te me aventabas arriba a hacerme cosquillas, momentos también en los que siento que me falta la mitad del corazón.
¿Yo? Pues qué te puedo decir… aún conservo la cicatriz de aquel cachazo que me dieron porque me quisiste ayudar, que de hecho no cicatriza, engordé como 20kilos y tengo que ir a terapia todos los viernes, ya no hago deporte, repruebo la escuela. Y, por cierto, estoy estudiando Relaciones Internacionales y escogí estudiar el idioma italiano que tanto te gustaba.
Conocí a tus amigos de los libres y locos y parece que me iré a Queretaro con ellos.
!Pff, 2 años sin ti está bien hermano, 2 años en los que trato de sonreír con el corazón desgajándose, 2 años sin escuchar tu voz! Wuauu, un largo tiempo  ¿no crees? Por cierto, ¿no has pensado en regresar? Está bien hermano ver a mi mamá llorar por las noches, está bien hermano verla hablar con fotos, está bien hermano que mi papá haya perdido la esperanza, déjame decirte que nunca había visto llorar a mi abuelo y eso brother, eso está súper fuerte.
¡Ueei! Te va a dar mucha pena la foto tuya que mi mamá y sus amigos tienen de perfil, sales bien feo, ¡jaja! Y tú que querías pasar discretamente en todo, ¡jajaja!. Ya valiste porque ahora sales en varias páginas páginas de internet, periódicos, revistas, entrevistas…
No sé qué será de ti, cómo estés, cómo te traten… pero ojalá y hasta donde estés te llegue este beso que te mando.
2 años sin ti, precioso, pero la búsqueda no para.
Fuerza, Roy
Riccardo Ryvera, Hermano de Roy
Carta original en : http://nuestraaparenterendicion.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=1590:fuerza-roy&Itemid=145




Te vine a buscar

Espero estés bien, tardé en llegar porque quería saber antes de partir hacia acá si mi sentimiento por ti era real, o aún permanecía en mí esa pasión que parecía ser mas obsesión que cualquier otra cosa, no es así; he evaluado cada uno de mis momentos vividos a tu lado, entendiendo que hasta los detalles más simples de esos instantes infinitos colmados de plenitud, le dieron un sentido importante a mi vida, antes de ti no hubo nadie, después de ti nadie.
El amor; el sentimiento más sublime existe y lo conocí contigo, por eso hoy entre este laberinto de rascacielos te busco, trato de encontrar en alguna ráfaga de viento primaveral un mensaje que me lleve hasta ti, una razón para saber que esta búsqueda está guiada que no es a ciegas, me pregunto si aun me amas o si no deseas ser encontrada, pensamientos asaltan mi mente, pero no me detienen yo voy hacia ti, con la fe puesta en este sentimiento que el tiempo no ha logrado diluir, ensayando las líneas que te diré al verte y por ningunas me decido.

Como olvidar tus besos, semejantes al rocío que baña la hierba cada mañana de verano, la calidez de tus abrazos y esa entrega desmedida de ternura, no creo poder continuar mi vida sin volver a ver esa mirada lejana y profunda que hechiza con apenas un destello, quiero encontrarte y contigo, la plenitud perdida por  indecisión de aquellos días, cuando la juventud inquieta nos hacía dudar.

Ahora estoy aquí más firme que nunca, tú eres mi felicidad, tardé en comprenderlo, pero ¿quién ha dicho que el amor y sus consecuencias son fáciles de entender? Sólo se vive una vez y no quiero que este ciclo termine sin que el centelleante resplandor de tus ojos vuelva a posarse sobre mí y hacerme estremecer, sin tener la oportunidad de vibrar de nuevo adormecido en un beso sin fin, con esa caricia en mi paladar que me hacía prisionero, de la cual no deseaba zafarme y el tiempo parecía detenerse.

Aquí estoy y también tú; yo te busco, tu escondida en algún lugar de esta gran ciudad, se que llegaré y allí estarás, será como un día prometimos; hasta que se cansen nuestros huesos, hasta que nuestros tejidos ya no estén disponibles para el sol ni la lluvia.
Te amo y así será siempre, te amé en la distancia, en la soledad, en las cuatro estaciones de un país ignoto. Hoy he vuelto; la misma ciudad, la misma cultura que en el pasado albergó y dio cobijo al sentimiento que compartíamos y que en mi no murió, ese que me trajo aquí no sé cómo, la fuerza de un impulso de verte y ser feliz igual que ayer me devolvió a tierras que una vez fueron mías y ahora me resultan ajenas.

Mi GPS es el viento, mi brújula el instinto de seguir amándote más allá de las cúspides de las torres más altas, donde el viento es feroz y el vértigo se apodera de nosotros. Te amo y vine por ti.
Hasta que se produzca nuestro ansiado encuentro espero puedas leer estas líneas que te dedico desde la quietud de este parque lleno de recuerdos lejanos,  es la mejor forma por mi encontrada para poder expresarte un justificativo a la distancia que espero no sea un abismo, te amo con la firmeza de un roble de esos que bordean este parque, con la fuerza de la saeta que sale del arco de un guerrero oriental, así te amo, como el águila ama las alturas.
Por tantas razones, que no son más que la promesa del amor y la felicidad, te vine a buscar.


He pensado; qué dirás al verme, tal vez el silencio será quien hable por los dos, mientras ambos nos miramos evaluando el paso del tiempo en cada uno, buscando huellas de lo que en otro tiempo fue, pero estamos aquí frente a frente para ponerle fin a tanto extrañarse, a tanto preguntarse si tendrá sentido. Muchos signos de interrogación dibujados en nuestros rostros, pero un impulso desmedido y reprimido con los años de ausencia, posee nuestras bocas, evitando las palabras que ya no son necesarias, ya habrá tiempo para vivir, para hablar, para decirnos lo que por el tiempo y la distancia nos fue negado, por esto y más he venido aquí, para amarnos hasta que nuestros sentidos nos lo permitan, te vine a buscar.

Reinaldo Jiménez