animado cartas para ti

miércoles, 20 de agosto de 2014

Historia del Gran Violinista Paganini

Algunos decían que era un genio. Otros, que era sobrenatural. 
La realidad es que las notas mágicas que salían de su violín tenían un sonido diferente, por eso nadie quería perder la oportunidad de ver su espectáculo.
Una noche, el escenario de un auditorio estaba repleto de admiradores, preparados para recibirlo.

La orquesta entró y fue aplaudida. El director fue ovacionado.
Pero cuando la figura de Paganini surgió, triunfante, el público deliró. Paganini colocó su violín en el hombro y lo que sucedió a continuación es indescriptible.
Blancas y negras, fusas y semifusas, corcheas y semicorcheas parecían tener alas y volar con el toque de aquellos dedos maravillosos. 

De repente, un sonido extraño interrumpió el ensueño del público asistente.
Una de las cuerdas del violín de Paganini se había roto.

El director paró. La orquesta se detuvo. El público se quedo en silenció.
Pero Paganini continuó tocando.

Mirando su partitura como si nada hubiera ocurrido, él continuó extrayendo sonidos deliciosos de un violín con problemas.

El director y la orquesta, admirados, volvieron a tocar y el público se tranquilizó.
De repente, otro sonido perturbador atrajo la atención de los asistentes.
Otra cuerda del violín de Paganini se acababa de romper.

El director paró de nuevo y la orquesta se detuvo otra vez.
Pero Paganini siguió con el concierto.
Como si nada hubiera ocurrido, se olvidó de las dificultades y continuó arrancando sonidos imposibles de su violín de dos cuerdas.

El director y la orquesta, impresionados, volvieron a tocar.
Pero el público no podía imaginar lo que iba a ocurrir a continuación. Todas las personas, asombradas, gritaron cuando la tercera cuerda del violín de Paganini se rompió.
El director y la orquesta se detuvieron una vez más, como la respiración del público, que pensó que el concierto había llegado a su final. Pero Paganini siguió.
 
Como si fuera un contorsionista musical, arrancó todos los sonidos posibles de la única cuerda que quedaba en el violín. Ninguna nota fue olvidada.

El director, embelesado, se animó. La orquesta se motivó. El público pasó del silencio a la euforia, del pánico al delirio.
 
Paganini alcanzó la gloria. Su nombre perdura a través del tiempo. Porque el no es un violinista genial, es el símbolo del profesional que continúa adelante aunque todo el mundo diga que es imposible.

Cuando tus cuerdas se rompen, haz como Paganini, sigue adelante con Fe. Los sueños y el triunfo están delante de ti y si paras, nunca los alcanzarás.

“Victoria es el arte de continuar, cuando otros deciden parar”

Carta en el Día del Bombero



CARTA DE UN BOMBERO A SU HIJO 


Hoy tomas la decisión de vestir la misma cotona que llevo hace años, 
Nunca creí que llegaría este momento, yo sé del costo que tiene esta labor, 
Del esfuerzo que requiere y se los riesgos que se corren. 
No puedo negarte la posibilidad de vivir esta vida, 
De correr ante la necesidad de la gente, 
O pedirte que no te levantes a medianoche. 
Han sido muchas las veces que me oíste acudir al llamado de las sirenas, 
Y hoy, tú decides vestir la negra guerrera que llevo en el corazón. 
Solo le pido a Dios que te proteja cada vez que tengas que salir, 
Le pido a Dios que vuelvas de cada incendio que debas concurrir. 
Ahora sabrás lo que se siente tender la mano. 

Lo que llena el alma cumplir con esta tarea, 
Cuando proteges un hogar, cuando salvas una familia, cuando 
Los niños asombrados abren sus ojos a tu paso, 
Sabrás lo que siente el pecho cuando en marcha salen 
Sin premeditación aplausos de la gente que nos ve. 
Pero conocerás también la decepción de no poder socorrer, 
Sabrás, que no siempre podemos hacer todo lo que deseamos, 
Que si bien luchamos, a veces la garra de la muerte nos recuerda 
Que tan solo somos humanos, hombres que ante ella no podemos. 
Ahí brotarán tus lágrimas, será la primera vez que sientas la impotencia, 
Cuando a pesar de tu preparación, de tu velocidad y técnica 
El destino selle fríamente el andar de tu persona. 
Nunca pensé que llegaría este momento, en que te convirtieras en hombre 
En que siguieras los pasos que yo he pisado. 
Tendrás que llevar tus manos, tu pecho, tu mente clara. 
No podrás mirar a quien le haces el bien, 
Somos los llamados a servir a todo a quien nos necesite, 
No podrás llevar prejuicio sobre tu espalda. 
Quizás, llegue el momento en que coso a coso tengamos que luchar, 
El momento en que el fuego muestre sus dientes ante nuestros ojos, 
Si bien seremos uno más de la compañía, debo decirte que 
A pesar del negro de tu chaqueta, o lo similar de los cascos 
Siempre sabré reconocerte como mi hijo. 
Me enorgullece verte jurando ante esta nueva misión, 
Sabrás de penas y alegrías, sabrás de mi dolor y mi risa, 
Seremos cómplices ante el enjuiciamiento de los demás. 
Pero hoy te vistes con una nueva guerrera, y serás más que mi hijo 
Serás mi camarada.


Ve la original en: Extraido de www.bomberil.cl