animado cartas para ti

viernes, 22 de agosto de 2014

Carta dedicada a Leonard

Escrita por virginia woolf
Querido: Siento con absoluta seguridad que voy a enloquecer de nuevo. Creo que no podemos pasar otra vez por una de esas épocas terribles. Yo sé que esta vez no podré recuperarme. Estoy comenzando a oír voces, y me es imposible concentrarme. Así que hago lo mejor que puedo hacer. Tú me has dado la máxima felicidad posible. Has sido en todos los sentidos todo lo que uno puede ser. No creo que haya habido dos personas más felices que nosotros, hasta que ha venido esta terrible enfermedad. No puedo luchar más. Sé que estoy arruinando tu vida, que sin mí tú podrás trabajar. Sé que lo harás, lo sé. Ya ves que no puedo ni siquiera escribir esto adecuadamente. No puedo leer. Lo que quiero decir es que te debo a ti toda la felicidad que he tenido en mi vida. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bueno. Quiero decirlo — todo el mundo lo sabe. Si alguien hubiera podido salvarme ese alguien hubieras sido tú. Ya no queda en mí nada que no sea la certidumbre de tu bondad. No puedo seguir arruinando tu vida durante más tiempo. No creo que dos personas puedan ser más felices de lo que lo hemos sido tú y yo. 

Lee la original en este lugar: http://hemerotecamundial.blogspot.com/2012/11/carta-dirigida-su-esposo-leonard-por.html

miércoles, 20 de agosto de 2014

Historia del Gran Violinista Paganini

Algunos decían que era un genio. Otros, que era sobrenatural. 
La realidad es que las notas mágicas que salían de su violín tenían un sonido diferente, por eso nadie quería perder la oportunidad de ver su espectáculo.
Una noche, el escenario de un auditorio estaba repleto de admiradores, preparados para recibirlo.

La orquesta entró y fue aplaudida. El director fue ovacionado.
Pero cuando la figura de Paganini surgió, triunfante, el público deliró. Paganini colocó su violín en el hombro y lo que sucedió a continuación es indescriptible.
Blancas y negras, fusas y semifusas, corcheas y semicorcheas parecían tener alas y volar con el toque de aquellos dedos maravillosos. 

De repente, un sonido extraño interrumpió el ensueño del público asistente.
Una de las cuerdas del violín de Paganini se había roto.

El director paró. La orquesta se detuvo. El público se quedo en silenció.
Pero Paganini continuó tocando.

Mirando su partitura como si nada hubiera ocurrido, él continuó extrayendo sonidos deliciosos de un violín con problemas.

El director y la orquesta, admirados, volvieron a tocar y el público se tranquilizó.
De repente, otro sonido perturbador atrajo la atención de los asistentes.
Otra cuerda del violín de Paganini se acababa de romper.

El director paró de nuevo y la orquesta se detuvo otra vez.
Pero Paganini siguió con el concierto.
Como si nada hubiera ocurrido, se olvidó de las dificultades y continuó arrancando sonidos imposibles de su violín de dos cuerdas.

El director y la orquesta, impresionados, volvieron a tocar.
Pero el público no podía imaginar lo que iba a ocurrir a continuación. Todas las personas, asombradas, gritaron cuando la tercera cuerda del violín de Paganini se rompió.
El director y la orquesta se detuvieron una vez más, como la respiración del público, que pensó que el concierto había llegado a su final. Pero Paganini siguió.
 
Como si fuera un contorsionista musical, arrancó todos los sonidos posibles de la única cuerda que quedaba en el violín. Ninguna nota fue olvidada.

El director, embelesado, se animó. La orquesta se motivó. El público pasó del silencio a la euforia, del pánico al delirio.
 
Paganini alcanzó la gloria. Su nombre perdura a través del tiempo. Porque el no es un violinista genial, es el símbolo del profesional que continúa adelante aunque todo el mundo diga que es imposible.

Cuando tus cuerdas se rompen, haz como Paganini, sigue adelante con Fe. Los sueños y el triunfo están delante de ti y si paras, nunca los alcanzarás.

“Victoria es el arte de continuar, cuando otros deciden parar”

Carta en el Día del Bombero



CARTA DE UN BOMBERO A SU HIJO 


Hoy tomas la decisión de vestir la misma cotona que llevo hace años, 
Nunca creí que llegaría este momento, yo sé del costo que tiene esta labor, 
Del esfuerzo que requiere y se los riesgos que se corren. 
No puedo negarte la posibilidad de vivir esta vida, 
De correr ante la necesidad de la gente, 
O pedirte que no te levantes a medianoche. 
Han sido muchas las veces que me oíste acudir al llamado de las sirenas, 
Y hoy, tú decides vestir la negra guerrera que llevo en el corazón. 
Solo le pido a Dios que te proteja cada vez que tengas que salir, 
Le pido a Dios que vuelvas de cada incendio que debas concurrir. 
Ahora sabrás lo que se siente tender la mano. 

Lo que llena el alma cumplir con esta tarea, 
Cuando proteges un hogar, cuando salvas una familia, cuando 
Los niños asombrados abren sus ojos a tu paso, 
Sabrás lo que siente el pecho cuando en marcha salen 
Sin premeditación aplausos de la gente que nos ve. 
Pero conocerás también la decepción de no poder socorrer, 
Sabrás, que no siempre podemos hacer todo lo que deseamos, 
Que si bien luchamos, a veces la garra de la muerte nos recuerda 
Que tan solo somos humanos, hombres que ante ella no podemos. 
Ahí brotarán tus lágrimas, será la primera vez que sientas la impotencia, 
Cuando a pesar de tu preparación, de tu velocidad y técnica 
El destino selle fríamente el andar de tu persona. 
Nunca pensé que llegaría este momento, en que te convirtieras en hombre 
En que siguieras los pasos que yo he pisado. 
Tendrás que llevar tus manos, tu pecho, tu mente clara. 
No podrás mirar a quien le haces el bien, 
Somos los llamados a servir a todo a quien nos necesite, 
No podrás llevar prejuicio sobre tu espalda. 
Quizás, llegue el momento en que coso a coso tengamos que luchar, 
El momento en que el fuego muestre sus dientes ante nuestros ojos, 
Si bien seremos uno más de la compañía, debo decirte que 
A pesar del negro de tu chaqueta, o lo similar de los cascos 
Siempre sabré reconocerte como mi hijo. 
Me enorgullece verte jurando ante esta nueva misión, 
Sabrás de penas y alegrías, sabrás de mi dolor y mi risa, 
Seremos cómplices ante el enjuiciamiento de los demás. 
Pero hoy te vistes con una nueva guerrera, y serás más que mi hijo 
Serás mi camarada.


Ve la original en: Extraido de www.bomberil.cl 

miércoles, 13 de agosto de 2014

Angelito de la guarda

Hola, ¿Cómo estás?... mi nombre no importa ahora, lo importante es lo que te tengo que decir: hace 5 minutos estuve conversando con un lindo angelito, hasta este momento me doy cuenta que no me dijo su nombre y se me paso por alto preguntárselo, estaba algo triste, no me gusto verlo así porque se nota que es muy travieso y juguetón, además es muy alegre, sin embargo cuando me dijo: “Hola”, no parecía estarlo, también estaba algo preocupado, es demasiado pequeño para andar preocupado, eso es cosa de mayores a mi parecer, me sorprendió bastante eso; me pidió un pequeño favor, le dije: “Por supuesto Mi Ángel, dime... qué puedo hacer por ti pequeño angelito travieso”; en ese momento sonrió de una forma que me invadió, durante ese instante parecía como que estuviese en el cielo mismo, luego me pidió que escribiera una pequeña carta y que la enviase a un ser muy preciado para él y al cual quiere mucho, y que es la misma persona por la que estaba preocupado, le dije que con mucho gusto la escribiría... me fue dictando mientras yo escribía cada palabrita que salía de su boca, me hablaba de manera muy clara, creo que tendría como 3 añitos, sólo al verlo supe que era un ser especial; esto fue lo que me dictó y me pidió que te enviase:

“Hola mi preciosa hermanita, ¡soy yo!... el pequeñín de la casa; sabes algo, te extraño y también a mami, lamento no poder escribirte personalmente, me estoy portando muy bien aquí, no estoy solo, hay un señor que siempre está conmigo, me dijo que se llama Jesús, él me llevo a conocer a su mamita, ella se llama María, es la persona que me está cuidando; a veces lloro porque quiero regresar a casa, y ella seca mis lágrimas con mucho amor y me prometió que algún día volvería a estar cerca de ustedes; mi amigo Jesús ha estado junto a ti y a la familia consolándolos, él también se pone muy triste y llora cuando ustedes lloran, a veces igualmente yo lloro; extraño no llegar hasta tu cama para despertarte en las mañanas, extraño no poder darle un besito a mami, extraño muchas cosas, y sé que a mí también me extrañan, los quiero muchísimo; estoy en un lugar muy bonito, cuando me voy de paseo puedo admirar las bellezas que existen aquí, Jesús me consiente mucho, y María es muy cariñosa; he estado muy preocupado por ti hermanita, hay un pensamiento que ronda por tu cabecita y que no es bueno porque te hace sufrir y me hace sufrir a mí también, te hace llorar y me hace llorar a mí también, y cuando yo estoy triste todos mis demás compañeritos se ponen tristes; recuerdas cuando íbamos en el auto, y cuando chocamos... lo único que puedo recordar es una cosa: de repente sentí como que mi mundo se detenía por un instante, luego apareció Jesús y se sonrió conmigo, me dijo que me había venido a buscar, le pregunte que si ustedes iban a venir conmigo y me respondió que no, que aún no, que todo en la tierra tiene su momento, y que todavía no había llegado el de ustedes; entonces le pregunte que por qué había llegado mi momento, y el sonriendo de nuevo me dijo: todos vienen a la tierra con una misión, o con una razón, cuando el Padre necesita que alguien lo acompañe, él los llama y dejan este mundo terrenal y van a un paraíso muy bello...

Hay algo que me pone muy pero muy triste, que tu digas que fue tu culpa, que si tal vez hubiésemos salido a la hora prevista, tal vez no hubiese pasado nada, pero no es cierto, por alguna razón debíamos salir a la hora en que salimos, todo lo que sucede es para bien, recuerda eso, tal vez si hubiésemos salido antes las cosas hubiesen sido peores aún; yo estoy muy contento aquí, sé que piensas que todo esto es injusto, que Dios me puso en sus caminos y luego sin avisar me arrebato de sus manos; llegue a ustedes como un niño sin casa, sin hogar, sin amor; ustedes me adoptaron y me llenaron de felicidad, tuve la mejor familia que jamás hubiese deseado, los últimos dos años fueron los mejores de mi existencia, marque sus vidas y ustedes marcaron la mía, sé que ahora hay un profundo hoyo en sus corazones, y sé que no olvidaran cada momento que pasamos juntos, también sé que la tristeza es muy grande, pero el tiempo les dará resignación. Los quiero muchísimo, y recuerden, esto es sólo un hasta luego. Siempre estarán dentro de mi corazón, y yo seguiré en el de ustedes por siempre...”. 


Cuando termine de escribir, mi corazón estaba muy chiquitito, tenía unas inmensas ganas de llorar, inclusive varias lágrimas se derramaron por mis mejillas, él muy tiernamente la seco con su manita, y me dijo: “No llores”, se sonrió conmigo y me agradeció haberlo ayudado... luego se volteo, dio dos pasos y me dijo: “Recuerda colocar al final de la carta que yo siempre estaré a su lado, y la cuidaré como hubiese hecho en vida”, luego se volteo de nuevo, le dije: “¿Te puedo ayudar en algo más?”, y me respondió: “ya has hecho mucho por mí y por mi familia, gracias a ti pude volver a estar en contacto con ellos, Gracias...”.

Luego de eso no volví a verlo, pero sé que cumplirá su promesa de estar junto a ti, y protegerte como tu Angelito de la Guarda.


Original en: http://www.darkisx.com/search/label/Colecci%C3%B3n%20Cartas

martes, 12 de agosto de 2014

Bajo la lluvia...

Te echaré de menos todos los días de mi vida, por aquel instante en que bailamos bajo la lluvia. En ese momento supe que me estaba enamorando de ti.

¿Sabes? Hay una ley universal en la mecánica de fluidos que dice que dos gotas de lluvia al azar al encontrarse sobre una superficie que ofrece poca resistencia al roce, como el cristal de esta ventana, pueden unirse para formar una gota mayor. Pero el mismo peso de las gotas unidas, cuando se supera la tensión superficial del fluido, acaba separando de nuevo a las gotas que toman entonces direcciones opuestas, pudiendo ser posible que no vuelvan nunca más a encontrarse en su trayectoria por el cristal. En cualquier caso, las gotas finales nunca son idénticas a las iniciales, porque cuando se separan cada una de ellas se lleva algo de la otra...

Ahora que somos esas dos gotas que se separan, porque no han podido resistir la tensión superficial, quiero que sepas que algo de ti siempre vivirá dentro de mí, como sé que algo mío se va hoy contigo y que ahí quedará para siempre. 

Te quiero.
 
Laia.

PD: Me encantó bailar contigo bajo la lluvia.

viernes, 8 de agosto de 2014

Carta de la felicidad... para ti

“Con frecuencia tengo ganas de decirte, mientras te observo por las ranuras de tu tiempo ajado por la insatisfacción, decirte por ejemplo, no creas los rumores que gotean, por las grietas  del presente. La vida siempre continúa adelante, indetenible, ella no lleva ningún inventario de la calidad de tus instantes. Otras veces he visto trepar  MIEDOS, por las paredes de  tu vida,  intentando paralizar tus sueños, he visto también encaramarse   por el techo de tu existencia, muchas necesidades innecesarias y todo eso, porque no aprendiste oportunamente a  vivir.

Quizá te estés preguntando, pero quien me habla?…………….soy tu felicidad, esa actitud  pendiente , soy ese faro que permanece  apagado y  quiero recordarte que el tiempo transcurre, con  independencia de  como te encuentres. te he visto  andar lentamente, ignorando tu misión, ocupado a tiempo completo  en tu trabajo, atravesar  fatigado tus  fines de semana, consumiendo productos  recreativos, quizá apara evadir tu propio vacío existencial.

Soy tu felicidad pendiente y vine  para decirte que en realidad es más fácil  encontrarte conmigo, solo tienes que armarte de valor, recoger toda tu voluntad, usar  el escudo del valor y reencontrarte conmigo, recuerda  soy natural, pero mi puerta solo se abre desde adentro. ¿Sabías que los infelices inventaron el mito de que  yo no existo?  Y que la infelicidad es ir a la deriva  por el camino al infierno?


Anoche cuando te acostaste, llevabas varios días sin mí.  La infelicidad a la que te estás acostumbrando, ha delineado para  tu vida, jornadas de desesperanza y pesimismo, ausencia de  entusiasmo y  una rutina intacta. Estoy convencido que la  infelicidad es  una estupidez aceptada, que empequeñece al hombre, quizá  lo peor sea, que ella termine siendo aceptada.

Convéncete soy posible, estoy disponible, no hace falta que me busques, solo tienes que elegirme, declárate feliz, porque de tu capacidad de ser feliz, dependerá  tu habilidad de vivir bien, recuerda  que yo no estoy en la cima  de la montaña, sino en el disfrute de todo el trayecto.

Y es verdad que soy efímera, no te preocupes por ello, si todos  estamos de paso. Estoy  dentro de ti, al fondo, entreabre mi puerta, deja la oscuridad  de la infelicidad, cruza  todos tus temores, ábrete paso entre rumores  y prejuicios, deja también los malos recuerdos y danza conmigo hasta convertirte en lo que haces, y cuando seamos lo mismo, constatarás que la vida era otra cosa y que soy y seré, imprescindible para ti.  Te atreves?”

Lee la original en:  http://escuelaparavivirmejor.com/carta-de-felicidad-para-ti/#sthash.cbqXzmU2.dpuf

jueves, 7 de agosto de 2014

Una carta que dice así:

“Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera. Posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.


Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.

Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.

Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen.

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.

A los hombres les probaría cuan equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.

A un niño le daría alas, pero le dejaría que el solo aprendiese a volar.

A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres… He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.

He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.



He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.

Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrá de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.

Trata de decir siempre lo que sientes y haz siempre lo que piensas en lo más profundo de tu corazón.

Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.

Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo, te diría “Te Quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la vida nos da siempre otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.

El mañana no lo está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si mañana nunca llega, seguramente lamentaras el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo.

Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles, “lo siento” “perdóname”, “por favor”, “gracias” y todas las palabras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus nobles pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos.


Finalmente, demuestra a tus amigos y seres queridos cuanto te importan".

Disponible en: http://m.panorama.com.ve/not.php?id=89664&width=1360

martes, 5 de agosto de 2014

Extraña noche, extraño encuentro

Su corazón latía rápidamente, la respiración parecía faltarle, su cuerpo parecía estable, pero su estómago era un manojo de nervios. Entró por la puerta principal, subió las escaleras eléctricas y se dirigió al tercer piso. Mientras ella subía el bajaba al segundo piso él no la conocía, pero ella al verlo sabía que era él y sonrió pero nada más, ese encuentro parecía una locura, él no la conocía, solo por la voz; ella lo había visto por lo menos en una foto. Ninguno pareció conocerse cuando cruzaron sus miradas pero algo le decía a ella muy dentro que era el chico del chat.

Ella marcó su número de celular para decirle que lo estaba esperando en el piso de arriba y él le contestó espérame estoy en el segundo piso ya subo. Cuando ella lo vio subiendo las escaleras, él la vio y le respondió con una dulce y cariñosa sonrisa, ella muy nerviosa no sabía qué hacer si reír, hablar, llorar, dar la vuelta e irse; tantos pensamientos pasaron por su mente, pero con todo el esfuerzo posible trato de controlarse ya que era una chica muy decidida. Ella le contestó con una sonrisa de admiración. 

Cuando él se le estaba acercando ella se sentía desfallecer pero ahí estaba firme como una gran pirámide. El cómo todo un caballero la saludo le dio un beso en la mejilla y esa acción hizo que ella se sintiera más relajada y tranquila. Juntos se dirigieron a ver "La Terminal" la pasaron alegres, como si fueran amigos de hace tiempo y la amistad que trataban de establecer ya tenía bien fundadas sus bases.

Gracias le doy a Dios amigo por haberte conocido, realmente tu amistad la valoro como a un hermano, solo espero que dure hasta la eternidad.
No hay noche que no reciba tus mensajes en mi celular diciendo "Buenas noches Rebekita, sueña con los angelitos".


http://www.tubreveespacio.com/poemas-01nov04/extrana%20noche.htm

jueves, 31 de julio de 2014

Querida Mamá Que Trabaja:

Sé que muchas veces eres juzgada por otros por dejar a tus hijos al cuidado de otros para poder ir a trabajar. Mucha gente insinúa que no amas a tus hijos tanto como una mamá que se queda en casa y que lo mejor es que las mamás se queden en casa con sus hijos.

¿Cómo pueden decir esto de ti? Sé que amas a tus hijos tanto como cualquier otra mamá. Sé que regresar a trabajar no fue una decisión fácil. Tuviste que medir los pros y los contras desde mucho antes de que naciera tu bebé. Siempre va a ser una de las decisiones más importantes de tu vida. Pensaste esto aún desde que estabas en la preparatoria y estabas escogiendo tus materias.

Te veo en todas partes. Tú eres la doctora con quien llevo a mis hijos cuando están enfermos. Eres la alergóloga de mi hija, la que le diagnosticó alergia a los cacahuates. Tú eres la terapeuta que está tratando el dolor de espalda de mi esposo. Eres la contadora que nos ayuda con los impuestos. La maestra de primaria de mi hijo. La directora de la guardería. La maestra de gimnasia de mi hija. La agente de bienes raíces que nos ayudó a vender la casa.  ¿Qué clase de mundo sería este si tu no estuvieras ahí para nosotros? ¿Si hubiera sucumbido a las presiones de los que insistían que el lugar de una mamá es en casa con sus hijos?

Yo sé que mides cada trabajo para ver si queda bien con tu familia. Sé que te despiertas una hora antes que todos los demás solo para poder hacer algo de ejercicio o tener un tiempo para ti. Sé que llegas a juntas importantes después de haber estado despierta toda la noche con tu pequeño. Sé que cuando llegas a casa en las tardes, tu “segundo trabajo” empieza. La gente no entiende que estas a cargo de tu casa y además tienes un trabajo. Regresas y casa y haces de cenar, bañas a tus hijos, les lees un libro, los acuestas, y les das beso de buenas noches. Tú pagas las cuentas, haces mercado, lavas la ropa, los trastes y todas esas cosas como todas las mamás.

Sé que muy seguido te sientes culpable por tener más tiempo separada de tus hijos y siempre sacrificas tus tiempos de descanso. Sé que no puedes tener un “día libre” cuando tus hijos están en la guardería. Yo sé que aceptas el hecho de que tu trabajos s tu tiempo libre por ahora. Sé que cuando estas en el trabajo no desperdicias ni un minuto. Sé que te comes tu pancito en tu escritorio, no sales por café y que muestras absoluta dedicación y concentración en tu trabajo. Después de todo tu escogiste estar ahí, tú quieres estar ahí.


Sé lo buena que eres para discernir a aquellos que están cuidando a tus hijos y que muchas guarderías ofrecen un excelente cuidado para los niños. Yo sé que solo dejas a tus hijos en un lugar donde estas segura que van a ser bien cuidados y queridos. Sé que pasas muchos días en casa cuidando a tus hijos cuando están enfermos y sacrificas tu paga por eso. Y además sé que en secreto disfrutas mucho estos días y te revelas para poder estar con ellos.

Sé que muchas veces te sientes culpable por no poder estar ahí todo el tiempo. Pero, mamá que trabaja, tengo la certeza de que estas poniendo un excelente ejemplo para tus hijos. Les estas enseñando que una mujer puede tener una carrera y contribuir de alguna manera al mundo fuera de casa y a la vez ser una increíble y amorosa mamá. Le estas enseñando a tus hijas que ellas puedan hacer lo que ellas quieren hacer con sus vidas. Les estas mostrando fuerza, dedicación, tenacidad, durabilidad y además  lo estás haciendo con mucha alegría y amor.

Solo quería que supieras que entiendo. Porque las dos somos mamás.
Con mucho amor y admiración,

Mamá Que No Trabaja



Chequea la original en: http://elatinos.com/2014/02/13871-carta-de-una-mama-que-trabaja-una-mama-que-trabaja-2/

miércoles, 30 de julio de 2014

Carta De Un Caminante

Hola...
No sé a qué manos llegará ésta carta, pero me gustaría que alguien la lea.
Desde hace muchos años, casi veinte, voy andando caminos sin rumbo cierto
Desde aquél día, en que un accidente truncó mi existencia apartándome de mi familia, decidí andar. Pensé que la muerte me encontraría dormitando a orillas de algún río. De más está decir que era lo que más ansiaba.
Pero la vida me enseñó, que es Dios el que dispone el momento.


Mi rostro, las manos, todo mi cuerpo, ha sido curtido por los diferentes climas que me tocó soportar.
Cada amanecer debía esforzarme por abrir los ojos, caminaba un poco, sacaba restos de comida de las bolsas, y caía rendido sin atinar a nada.


No sé cuánto tiempo pasé en esas condiciones.


Una mañana, se acercó a mí una anciana ofreciéndome un pan y una caricia, entonces miré su blanca cabeza y por vez primera sentí que un ángel me protegía, fue como si un ser extraño se apoderaba de mi alma.
Desde entonces, comencé a ver el cielo imponente, observé los árboles del camino, las primeras estrellas del anochecer, y decidí seguir caminando, sin metas, pero admirando lo que encontraba a mi paso.


Así llegué a un humilde pueblo, dónde gente generosa me brindó un plato de comida, un lugar para dormir, y también libros.


Me apodaron *El caminante*...


Disfruté de la lluvia y el frío, calmaba mi calor en el arroyo más cercano, y leí, leí mucho, cualquier libro o papel que llegaba a mis manos.


Fueron pasando los años, y en mí se reflejaba una gran ternura, que hacía que los niños se me acercaran. Yo les contaba cuentos con la intención de dejarles alguna enseñanza, ellos no me temían, lo cual me regocijaba.
Ayudé a los albañiles, cuidé de algún perro, limpié un jardín, pero jamás quise afincarme en un lugar definitivo.
Lo que más me hacía gozar de momentos de felicidad, era el contacto con la naturaleza, y la cercanía de Dios.
Así llegué hasta hoy, cuándo los dolores se apoderaron de mí, me cuesta respirar, y a veces pensar.
En éste momento, sentado a la luz de un farol de la plaza, percibo que pronto emprenderé mi última caminata, por eso, ésta carta.


No quiero que me tengan lástima, les digo que éste caminante no pasó su vida en vano, a pesar de las tragedias y soledades, pudo abrir la puerta de su espíritu, y comprobar que no estaba solo.
Agradezco a tanta gente solidaria que se apiadó de mí, y jamás impidieron que siguiera el estilo de vida que había elegido.


Hoy, en mi vejez, anida en mi corazón un cúmulo de amor, y el deseo profundo de estar por fin, con los que me esperan en la inmensidad de la eternidad.


Me tiembla la mano....se me escapa el papel....veo una luz radiante que se acerca, parece un cometa...allá voy....


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sábado, 26 de julio de 2014

Mi Carta Más Especial

"Buenos días Ciara.
Una vez más amanece, empiezan a colarse los primeros rayos del sol en este frío cuarto de hospital, un día más para continuar con la lucha, o debo decir, nuestra lucha como tantas veces lo has mencionado, hoy me siento nuevamente frente al ordenador testigo silencioso de nuestros encuentros pero no para esperar ansiosa la hora de mi terapia contigo sino para simplemente dirigirme a ti, mi psicóloga, mi amiga, mi hermana, porque después de tantas horas de lucha constante por mantenerme a flote en esta terrible lucha contra el cáncer no puedo más que agradecerte por seguir al pié del cañón conmigo, no sé si te has dado cuenta, quedamos solo tú y yo, en un principio los amigos estaban todos al pendiente eran llamadas diarias para conocer los avances, los nuevos tratamientos y saber del estado de ánimo que poco a poco se había ido deteriorando, hoy a un año del inicio de esta pesadilla son contados los mails, sí, mails que me llegan para saber en tres palabras cómo me encuentro.

Creo que del inicio de la enfermedad a este momento las sensaciones son las mismas, un sube y baja de emociones que van del miedo, al desánimo, de la desesperación y el pánico, a las ganas de salir adelante y tener la esperanza de ganarle la batalla al cáncer.

Mi cáncer fue originado a raíz de un episodio muy traumático, que se quedó ahogado dentro de mi alma, por no hablarlo a tiempo, no sacar de adentro eso que me angustiaba y me hacía sentir día a día un pánico que se convirtió en lo que ahora es mi enfermedad. El cuerpo me pasó factura, me reclamó el dejarle acumular tantas cosas, que a la larga, por aparentar estar bien delante de mi familia, me hizo olvidarme de mí y de cada una de mis células, las cuales en este momento lo único que me piden es que me reconcilie con ellas.

No ha sido fácil llegar a esta conclusión, han sido horas de terapia contigo, terapia que me ha ayudado a comprender que no deben verme como a una víctima, ni sentirme una víctima, sino de tener el suficiente coraje de enfrentarme al cáncer y verlo como a un reto al cual podemos vencer.

Las emociones juegan un papel muy importante en el proceso de sanación como bien me has enseñado, el cambiar la mentalidad derrotista por una mentalidad en la cual el espíritu de lucha y el amor tienen un papel fundamental, ha sido la clave para que yo siga con vida hasta estos momentos, son ya 4 meses de terapia, una terapia que si no hubiera tenido la oportunidad de realizar, muy probablemente ahorita ya no estuviera aquí.

Me has enseñado a voltear a ver mi interior no con miedo, sino con confianza y fe de que todo va a estar bien, me has transmitido una fuerza para sobrellevar unas terapias contra el cáncer que como muchas veces te he mencionado son un calvario para mí, pero tu Ciara no me has soltado de la mano como me lo prometiste desde el primer momento en que te conocí y eso te lo voy a agradecer mientras viva, y si un día Dios decide llevarme a su lado te seguiré agradeciendo y llenando de bendiciones desde donde me encuentre, porque siempre estuviste ahí para darme palabras de aliento y dejarme saber que no me encontraba sola y que siempre podría contar contigo.

Gracias por hacerme sentir siempre esa empatía, y compartir mi dolor. Gracias por tener la entereza de comprenderme y transmitirme esa tranquilidad aun sabiendo que me quedaba poco.

Gracias a ti y a tu apoyo dejé de encerrarme en mí misma y aceptar mi destino como una derrota, aun diciéndome los médicos que me quedaba quizás un mes de vida y que el cáncer había llegado a un estado terminal, no dejaste que me hundiera en la desesperación y trabajaste hasta lograr que abandonara el estado de pánico en el que me encontraba, y darme el ánimo necesario para seguir adelante y vivir cada día al máximo.

Me hace sentir tan bien cuando después de pasar algún proceso traumático dentro de las terapias me dices que soy una campeona, así como también cuando me dices que me darás para el pelo cuando mi ánimo decae, todas tus palabras siempre llenas de positivismo y de cariño son las que me dan la fuerza necesaria para nunca defraudarte y hacerte sentir que todos tus esfuerzos por ayudarme no han sido en vano.

Nunca me dejaré vencer, ahora he aprendido que los pensamientos negativos solo atraerán lo negativo y que tú tienes toda la razón al decirme que mientas mis pensamientos sean de quererme sanar y salir adelante, ese mensaje recibirán mis células para que yo me cure.

Sé que hay tantas personas como yo en este momento, me gustaría que mi testimonio de lucha por la vida llegara aunque fuera a uno solo y lo ayudara a salir adelante, le diría que mientras tenga en la mente pensamientos positivos a pesar de la adversidad, llenarán de fe su corazón. Mientras haya vida hay esperanza. Lo importante es no dejar de luchar hasta el último suspiro.

Ciara sé que hemos llegado las dos a estar al límite, y sabemos lo difícil que es, pero siempre has estado aquí cuando mi confianza disminuye y me has hecho tener la fortaleza para no dejar de tener esperanza.

Cuando te conocí estaba resignada, ya me veía 3 metros bajo tierra y hacía bromas macabras como tú las llamas al respecto.

Sentía como el cáncer avanzaba sin piedad en mi cuerpo y me estaba dejando morir.

Hoy a tu lado llorando, gritando desesperada y a veces pidiéndole a Dios que me lleve con él, estás conmigo, al otro lado del ordenador dejándome saber que has sido mi tablita de salvación estos 4 meses. Tu paciencia y tu presencia conmigo, han sido los más grandes regalos que Dios me ha dado.

Superar el cáncer es un proceso lento y largo, sé que puede tardar años, pero al estar a tu lado ayudándome a soportar lo insoportable, he vuelto incluso a hacer planes para mi futuro.
A decir verdad he avanzado mucho a tu lado mi querida Ciara.

Hoy a las puertas de un trasplante de médula, después de pensar tantas veces que me moría y que a pesar de todo nunca te quebraste y me impulsaste cada vez con más fuerza a seguir adelante, espero muy pronto estar sana y pararme frente a ti para fundirnos en un abrazo.

Gracias por permanecer a mi lado en esta lucha.

Con todo mi cariño y agradecimiento.
Marita."

Siempre has sido una luchadora y eso te hace especial. Tal y como me pediste, hace tan sólo unos días, publico tu carta como ejemplo de que lo que importa no es vivir o morir, lo que importa es disfrutarlo hasta el último momento.

Te quiero.


Original en:  https://www.facebook.com/Ednaelizagutierrez/posts/530247217004983